A continuación, publicamos una nota escrita por Victorina Lana dedicada a su madre Estefanía, madre de once hijos en Murieta.
"Naciste en Murieta el 3 de agosto de 1905. Creciste y viviste en el campo. Eras bella y no lo sabías. Eras la niña Estefanía. Te casaste muy jóven con nuestro padre Dionisio. Te entregaste en cuerpo y alma a dar la vida a tus hijos. Eras árbol fecundo de anchas ramas. Fuente de vida. Formaste una familia muy numerosa, era tu destino".
Tu casa, heredada de tus antepasados, data del siglo XVIII, año 1734. Fue pasando de padres a hijos hasta llegar a tí de tu padre Marcelino y de tu madre María. Casa de labriegos, cuya tierra se cultivaba para el sustento de la familia. Conociste la fatiga y la penuria en tiempos de guerra y postguerra. Buscabas aliento y consuelo en tus creencias religiosas".
"Madre generosa, amante y buena. Madre Estefanía. No conocías el lujo ni lo deseabas. Te bastaba con ver crecer a tus hijos, fuertes y sanos, y tus hijos crecieron y se fueron de tu hogar como los pajarillos se van del nido. Te quedaste con tu hijo mayor, con Domingo, y os dábais fuerza y consuelo el uno al otro para seguir viviendo".
"Tu cuerpo envejecía pero no tu mente, que siempre estuvo lúcida para afrontar los reveses que da la vida y también para disfrutar de tus hijos y nietos cuando iban a visitarte. Rodeada de tus hijos moriste en tu casa, en la misma que naciste y viviste hasta tus 74 años. El pueblo sintió tu muerte junto a tus hijos porque te quería y respetaba, por tu bondad, generosidad y por saber comprender a todos. Y para todos eras y sigues siendo "la señora Estefanía".
