Los vecinos de Murieta echaron el sábado una vista al pasado y, sobre todo, a una de las actividades que hace algo más de medio siglo ocupaban a un número importante de vecinos, la elaboración de cal. De ahí el sobrenombre con el que se conocía en la comarca a los habitantes de Murieta, “los caleros”, según publica la web de Diario de Navarra.
Por ello, el Ayuntamiento decidió ornamentar una de las nuevas rotondas, situada junto al polideportivo, con la reproducción de una “calera”, monumento que se inauguró el sábado. La elaboración de este ingrediente básico de la construcción se realizaba mediante la incineración a altísimas temperaturas de la piedra caliza, un material muy abundante en un pueblo que sigue contando entre sus empresas una cantera.
Para ello, se creaban unas estructuras en piedra, denominadas “caleras”, que eran los hornos en los que se realizaba el proceso. En pasadas décadas no faltaba nunca un puesto en el mercado de los jueves de Estella con el rótulo: “Se vende cal de Murieta”.
